Landolfo Rúfolo el mercader corsario (Decamerón, II 4º)
Página 1 de 1.
Landolfo Rúfolo el mercader corsario (Decamerón, II 4º)
Landolfo Rúfolo el mercader corsario (Decamerón, II 4º)
Un mercader va a Chipre millonario
llevando a bordo toda su riqueza,
en la isla pretende, con destreza
multiplicar los bienes de su erario.
La competencia hunde al empresario,
malvendida su hacienda pieza a pieza,
decide por no verse en la pobreza
volver a hacerse al mar como corsario.
Esquilma al turco y rico vuelve a casa,
mas lo interceptan unos navegantes
que lo arrojan al agua sin piedad.
Se salva sujetándose del asa
de un cofre que va lleno de brillantes,
y millonario vuelve a su ciudad.
Resguarda la mitad
cuando inviertas el fruto de tus bienes,
pues la fortuna sufre estos vaivenes.
Artesana 9-6-12
Federigo de los Alberighi ama y no es amado (Decamerón. V 9º)
Después de haberlo siempre rechazado,
la dama a quien venera todavía
por darle a su hijo enfermo una alegría
va a pedirle su halcón tan apreciado.
Por ella su fortuna ha malgastado,
y siendo lo más caro que tenía
sin sospechar que el ave pediría
para agradarle se lo sirve asado.
Al comprender su devoción sincera
se entrega la viuda sin temor
poniendo ante sus pies la hacienda entera.
Quien todo lo ha perdido por amor
y aun así en la amada persevera
tendrá una recompensa a su fervor.
Artesana, 12-6-12
Un mercader va a Chipre millonario
llevando a bordo toda su riqueza,
en la isla pretende, con destreza
multiplicar los bienes de su erario.
La competencia hunde al empresario,
malvendida su hacienda pieza a pieza,
decide por no verse en la pobreza
volver a hacerse al mar como corsario.
Esquilma al turco y rico vuelve a casa,
mas lo interceptan unos navegantes
que lo arrojan al agua sin piedad.
Se salva sujetándose del asa
de un cofre que va lleno de brillantes,
y millonario vuelve a su ciudad.
Resguarda la mitad
cuando inviertas el fruto de tus bienes,
pues la fortuna sufre estos vaivenes.
Artesana 9-6-12
Federigo de los Alberighi ama y no es amado (Decamerón. V 9º)
Después de haberlo siempre rechazado,
la dama a quien venera todavía
por darle a su hijo enfermo una alegría
va a pedirle su halcón tan apreciado.
Por ella su fortuna ha malgastado,
y siendo lo más caro que tenía
sin sospechar que el ave pediría
para agradarle se lo sirve asado.
Al comprender su devoción sincera
se entrega la viuda sin temor
poniendo ante sus pies la hacienda entera.
Quien todo lo ha perdido por amor
y aun así en la amada persevera
tendrá una recompensa a su fervor.
Artesana, 12-6-12
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.