Décimas a Don Juan Tenorio
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Décimas a Don Juan Tenorio
Doña Inés
La horma de su rutina
perdió al audaz caballero;
lo engatusó con esmero
mi estrategia femenina.
Con argucia sibilina,
virtuosa tuve al galán
a mis pies en el diván
por mi inocencia rendido,
y, habiendo a tantos vencido,
por mi amor murió Don Juan.
Artesana, 13-1-08
La opinión de Doña Inés
Callen, callen, sus Mercedes,
que aún me dura el arrebato...;
supo vencer mi recato,
pues Amor tendió sus redes.
No hay cerrojos ni paredes
ni prudencia ante su afán;
y, aunque el aura de galán
persista en su fuero interno,
mi alma salvó del infierno
para la Gloria a Don Juan.
Artesana, 5-1-08
El comendador
La faz del comendador
es de pétrea marmolina,
ningún consuelo la anima
mitigando su dolor.
De doña Inés el candor
le arrebató un insolente
burlador impenitente,
por siempre con esa marca
en el jardín de la parca
será el burlado yaciente.
Artesana, 2007
Don Juan
Triste destino el que dan
a la fama del Tenorio,
reducido a un ilusorio
insensato charlatán.
Hoy se desprecia al galán
seductor de las novicias,
cuyas soñadas caricias
ansiaron nuestras abuelas,
privadas con las novelas
de sus conquistas ficticias.
Artesana, 2007
La horma de su rutina
perdió al audaz caballero;
lo engatusó con esmero
mi estrategia femenina.
Con argucia sibilina,
virtuosa tuve al galán
a mis pies en el diván
por mi inocencia rendido,
y, habiendo a tantos vencido,
por mi amor murió Don Juan.
Artesana, 13-1-08
La opinión de Doña Inés
Callen, callen, sus Mercedes,
que aún me dura el arrebato...;
supo vencer mi recato,
pues Amor tendió sus redes.
No hay cerrojos ni paredes
ni prudencia ante su afán;
y, aunque el aura de galán
persista en su fuero interno,
mi alma salvó del infierno
para la Gloria a Don Juan.
Artesana, 5-1-08
El comendador
La faz del comendador
es de pétrea marmolina,
ningún consuelo la anima
mitigando su dolor.
De doña Inés el candor
le arrebató un insolente
burlador impenitente,
por siempre con esa marca
en el jardín de la parca
será el burlado yaciente.
Artesana, 2007
Don Juan
Triste destino el que dan
a la fama del Tenorio,
reducido a un ilusorio
insensato charlatán.
Hoy se desprecia al galán
seductor de las novicias,
cuyas soñadas caricias
ansiaron nuestras abuelas,
privadas con las novelas
de sus conquistas ficticias.
Artesana, 2007
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